-«Camarero! Una de acuarelas!»
Y él, ni corto ni perezoso, me trajo una ronda de producto fresco noruego. Una sabia combinación de trazos a lápiz y pequeños gajos de color. Le tuve que dejar una buena propina.
-«Camarero! Una de acuarelas!»
Y él, ni corto ni perezoso, me trajo una ronda de producto fresco noruego. Una sabia combinación de trazos a lápiz y pequeños gajos de color. Le tuve que dejar una buena propina.
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Se la merecia. Déjale algo de mi parte.
Carpe Diem