Me resultan un tanto urticantes las posturas de algunos «profesionales del diseño» que, mediante ardides textuales y escabrosos laberintos multiformes, intentan convencer a quien corresponda, de que el azul utilizado en su diseño no es otra cosa que la resultante de aplicar una fórmula sencilla, que rara vez se olvida y que implicaría dotar a este humilde color de una carga comunicacional altamente significativa emparentada con la nobleza, la bondad, la humildad, el prestigio y vaya a saber uno que otro valor, utilizado siempre a conveniencia.
Plof, metiendo el dedo en todo el ojo.
Recuerdo que durante los ejercicios en clase de diseño, se nos instaba mucho a realizar siempre una explicación que enumerara el por qué de los elementos que conformaban nuestros diseños… y muchas veces empecé a dar rodeos sin sentido pensando en palabrería que, a fin de cuentas, no justificaba nada. ¿Pensamos en resolver ideas o en saber cómo venderlas? Habrá de todo digo yo. Un, dos, tres, responda otra vez.
Hace unas semanas, en la muestra de posibles logos:
Cliente: Te hago una pregunta, ¿qué es esto que está acá?
Yo: Nada en especial, es un abstracto
Cliente: Ah, está bien, no sabía si era algo en particular.
Colaboradores con los que trabajo luego me manifestaron su horror ante tamaña sinceridad de mi parte. «Cómo le vas a decir así?!».
Lo cierto es que al cliente no le molestó, creo que hasta agradeció que no le haya inventado nada. Y por supuesto, eligió un prototipo de logo.
Qué tiene de malo decir la verdad del proceso creativo?
Nicolás: Y qué hubieras dicho si el cliente te hubiera preguntado: ¿Y entonces, para qué lo has puesto?
Una explicación no pedida, es una justificación no deseada.
Yo creo que a veces ni nosotros mismos sabemos porqué hemos hecho tal o cual cosa. ¿Decir que te gusta mejor de tal manera por que sí, es malo en sí mismo?
En resumen, no creo que todo deba ser justificado, pero no está de más tener una explicación (coherente) sobre lo que haces.
En ningun lugar del articulo se dice que no hay que dar explicciones, solamente critica a quienes inventan o intentan dar motivos y razones rebuscadas.
En ningún lugar del post yo he dicho lo contrario 😉
Aunque suene algo raro, yo creo que si que debe de estar todo justificado. Al menos, si queremos que un diseño este al 100% y queremos que esté muy trabajado, debemos ser acurados en cada aspecto, y cada uso de color, composición, tipo tiene un porque.
Ahora bien, otra cosa es que muchas veces, como buena educación y experiencia que tenemos en cuanto a diseño, ya nos salen colores o retículas de forma inconsciente, incluso si nos pidieran explicación quizá no la sabriamos, pero esa funciona y quiza un tono distinto o una proporción más ancha no.
En definitiva, creo que un diseñador tiene que crear algo justificado, aunque sea insconcientemente y si quiere currarselo de verdad, quiza tendra que empezar a analizar aspecto por aspecto.
En ocasiones el diseño fluye sin más, sin ni siquiera un estudio previo. Es cuando el diseño surge como algo espontáneo y próximo al impulso del arte. Sin embargo en otras ocasiones se llega a una solución gráfica a través del estudio y la concienzuda observación de las opciones disponibles. Por lo que he entendido del artículo se refiere que es inútil e hipócrita querer explicar con la mente algo que en definitiva surge del corazón, y que en cualquier caso la explicación más sencilla es la más próxima a la realidad. La fuente escogida queda bien y punto. Ni que si curvatura del palo de la eme ni juntas de trócola. Es algo práctico: Responde bien a la función a la que fue destinada, y no hace falta más, no es necesario cubrir de palabras algo tan simple. Son ganas de complicar las cosas, coñe.
Mi proceso creativo cuenta de dos grandes puntos: el teórico, en donde cada elemento que pongo está justificado, y el improvisado, en donde me libero de algunas de las pautas (ALGUNAS).
Por el momento no le encontré desventaja a este modo, me permite contar con un abanico más grandes de variantes.
Y a mis clientes no les miento, que me parece mucho más importantes a explicarle a alguien (que no estudió diseño) el por qué de cáda una de mis movimientos.
Pues dependiendo del cliente diría yo. Si el hombre me cae bien y puedo decirle la verdad estupendo. Si no, les cuento que este logo fue un tatuaje arrancado de la mismísima piel de la ingle del cíclope por la cuñada de Ulises que se lo robó en un ataque de furor uterino. Hay trabajos que los regalo por que me da por ahí y si el tipo me cae mal y me toca las pelotas… le saco todo lo que puedo y encima le tomo el bisoñé y me descojono después.
Como todos los que sobrevivimos después de 10 años de profesión gráfica sabemos que afrontar el trabajo de crear una identidad corporativa se compone de un 90% de investigación y técnica y un 10% de creatividad, pero a veces tienes el día tonto y te sale en una mañanita lo que otras veces has tardado semanas.
Hay a clientes que les puedo decir, pues si, no se que clase de cerveza me tomé ayer pero aquí tienes y otros a los que tengo que retrasar la entrega porque se piensan que un trabajo sacado en 4 o 5 horas no es bueno y les tengo que contar el cuento de la pera de Murcia.
Resumiendo, creo que ser buen gráfico no está reñido con ser un encantador de serpientes. Todo, absolutamente todo en mis trabajos tiene un porqué, pero a veces el porqué es simplemente por que me sale de los huevos y eso… a muchos clientes no se lo puedo ni quiero decir.
Realmente es un tema bastante interesante para debatir tanto o más como el tema de las tendencias actuales de diseño.
Yo creo posicionarme en la tesitura de Nález. Lo que quizá escueza a algunos es el hecho de que algo salga bien así por que sí y esto parezca echar por tierra, años previos de estudio.
Recordad la que se lió cuando salió a la luz el logo de Cuatro…
Juro y rejuro que en esta web se están acuñando frases para la posteridad. Theyedropper con su «mis trabajos tienen todos un porqué…» es la última muestra recibida de descojone y elegancia a la vez XD
Discrepo profundamente Skeku y Nalez. Los cojo… arte. Y si, espontaneo a veces porque ya tenemos el culo pelado de tanto diseñar, y obviamente las proporciones aureas te salen sin querer. Tenemos nuestra cabeza educada en el buen diseño (y mas si nos interesamos por otros trabajos) pero de corazon hay mucho menos de lo que la gente cree. Lo cual, además, nos hace mucho daño, porque la gente ve el diseño como «pura inspiración Divina» y sí, a veces lo és, pero es eso y mucho mas detras.
Como digo, otra cosa es que salga mas o menos espontaneo, o que seas mas o menos crack, pero anda que detras de una web o un diseño wuapo no hay horas y horas de trabajo…!
Yo creo que lo que se viene a decir en el artículo no es que las cosas que se hagan no tengan un porqué -otro tema es que en ocasiones no seamos capaces de discernir ese porqué- sino que se critica el excesivo deseo de justificación racional cuando muchas veces el buen resultado de un trabajo surge de una «inspiración emocional e inconsciente». Quizás escuchando una canción o viendo una película. ¿Por qué no?
Evidentemente un buen logotipo surge de un buen trabajo de análisis, pero el diseño no es un trabajo de ingeniería donde las matemáticas mandan con tiranía, la inspiración, el conocimiento, la cultura, el tener un buen día, el estar feliz, todo eso influye y es complicado explicarselo al cliente.
Por otra parte, como vemos de forma muy habitual, todos los trabajos «creativos» tienen ante sí el peligro de la «duda» del cliente… ¿cuándo el pintor nos está vendiendo una obra maestra o una tomadura de pelo? o, un problema muy extendido y que mucha gente se niega a entender ¿Por qué le pago mil euros a este diseñador por este logotipo tan simple si mi sobrino con su pc puede hacerlo igual -esto es, copiarlo, reproducirlo- en media hora? ¿Cómo explicas que para llegar a esa «sencillez» has tenido que pasarte días eliminando opciones y documentándote.
Esa seguridad de que no le estás tomando el pelo es lo que el cliente busca/encuentra en los racionales de los trabajos, aunque realmente, en muchas ocasiones, es ahí precisamente donde se le está engañando.
Desde hace muchísimos años no hago racionales de logotipos y cuando me los piden siempre les digo lo mismo: ¿Tiene pensado entregar una copia del racional a cada persona que vea su logotipo en la calle para que entienda lo que está viendo? Si es así lo mejor es tirar éste y volver a empezar desde cero.
Y claro que en mis logotipos puedo justificar los porqués de cada cosa, pero los «andamios» se quedan en el estudio, el cliente sólo tiene que vivir en la casa, sin goteras y con unos buenos cimientos.
Considero que el diseñar es como el conducír, me gusta, a veces me cansa, me lleva de un sitio, en este país es más «peligroso» que en otros y, los primeros meses no dejaba de pensar en cada proceso y acción cuando ahora ni pienso en ello cuando lo realizo, sólamente me marco una meta y ya está, procuro no salirme, seguir las normas (casi siempre) que me llegue la gasolina y p´allá!
El eyedropper es la pera… ¡cómo me gustaría conocerlo en persona!
Annie christian, chapeau!
Creo que por experiencia muchas de las cosas salen sin pensar (como el conducir…) aunque la educación y la experiencia sean las culpables. Pero tambien creo que todos podemos justificar qué nos lleva a hacer algo, es sencillo una vez te han pedido algo y comienzas a pensar qué diantres vas a hacer…
Aunque (aprovechando el simil «ladrillero» de anniechristian se nos esté pegando la «manía» que tienen muchos arquitectos de crear unas explicaciones tan barrocas y pomposas que si las introdujésemos en los proyectos que intentan explicar harían que éstos se derrumbasen (literalmente) sin remedio en medio de una gran nube de polvo.
Pues nada señor evaseé, de un paso al frente y el señor de bigotes a lo Villas People al que le está pisando las cejas soy yo.
Bueno, cuando hacía alusión a Nález no era precisamente por lo del tema arte.
Albert, por supuesto que detrás de una web, una gráfica o lo que sea, casi siempre habrá una dura labor de investigación y creatividad. Eso no lo pongo en duda. Pero siempre existe la posiblidad de que alguna vez se haya llegado a un resultado como por arte de magia y luego se intente justificar que se ha hecho así porque pim y porque pam. Quizá ese «por arte de magia» sea a lo que aludes, i.e., que la formación profesional ya te haya encaminado como si de un acto reflejo se tratara. Pero dudo que el 100% de los casos sean así.
En el fondo, estamos de acuerdo. Jeje
Solo era para meter un poco de cizaña al tema y darle vidilla. En el fondo estaba exponiendo esa tipica premisa que dice que diseño es un 10% de inspiración y un 90% de transpiración!
Buff, mira que le dais a la sinhueso eh. Pocas ganas de currar veo por aquí pardiez
Nah ahora en serio, yo creo que conviene (y en muchos casos llega a ser capital) el tener una justificación convincente para tu trabajo. Por desgracia muchas veces, por no decir la mayoría de las veces, nos encontramos con gente que de esto del diseño pues tienen, ¿cómo diría yo?… ni puta idea. Así que es mejor tener un plan B por si eso de que «hable el diseño por sí mismo» falla.
Cosa de la que, por cierto, adolezco totalmente. ¿Alguien sabe si esto se enseña en alguna parte?
Esto, amigo sancho, junto con el «correveidilismo», el peloteo y otras cosas tan propias de este país, se mama desde pequeño en casa o se nace con ello… o ambas…
Completamente de acuerdo con «Charly the red». Esto se aprende como casi todo, de los grandes profesionales, en este caso de la venta de humo, el mayor bien exportable que tenemos en este país. (De echo me gustaría exportarlos a todos y tirar la llave).
Yo me he topado con insignes charlatanes que hace 100 años estarían vendiendo el milagroso bálsamo de Fielabrás, que cura desde el sabañón al mal de riñón. Y ahora en pleno siglo XXI son los jefes de departamento, mandos intermedios,…. Si uno les escucha atentamente usan las mismas coletillas una y otra vez y si a ellos les funciona… ¿Por que a ti no?.
eyedropper… AMÉN!!!
Yo creo que es como dice el evasèe «se mama de pequeño o se nace con ello». Vamos que a estas alturas si no sé, no creo que aprenda. Mierda, seguiré dependiendo de comerciales. Diosssssssss nooooooooooooooo.
Skeku mi comentario era para Nicolas Flores, olvide aclararlo :).
Ningún problema Kaio, tampoco lo ví como comentario incendiario ni nada 😉
PD: El trabajo que tenéis de «Samurai» es una joyita. Felicidades 🙂
Gracias sr. la verdad que estoy bastante contento con el resultado y las críticas 🙂 (deci que sos el «dueño» si no esto de hacer offtopic estaría penado con la muerte)
El discurso es la confirmación de la ineptitud.Hoy en día, en el mundo del arte es, o se pretende que sea, más importante el discurso sobre una obra que la propia ejecución de la misma… un ladrillo precariamente sujetado por unos hilos al que se le aplique un estudiado discurso argumentário se convierte en una obra de arte mientras que una magnífica y trabajada figura sin dicho discurso no es más que la simple obra de un «artesano»…Pues yo digo que el 99’9% de los espectadores finales de un diseño, no saben o no/ni quieren saber nada de arte contemporáneo, discursos o demás patrañas. Se ciñen a lo que entra por los ojos… al simple y llano «me gusta» o «no me gusta» y ahí no hay sitio para discursos solo para recursos… recursos estéticos que logren que algo funcional sea no sólo útil sino también bonito…Bonito o feo… esa es la cuestión.