Cuando uno diseña cartelitos es probable que dedique más tiempo al aspecto creativo y visual, y algo menos a si va a ser usable o no. Normal. En un cartel siempre y cuando se cumplan dos o tres cosillas sobre legibilidad y equilibro ya nos puede salir algo decente desde el punto de vista práctico (que no estético). Pero la cosa cambia cuando hablamos de diseñar webs o, peor aún, una interfaz (interfeis).
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